Quizás de las comarcas malagueñas que más admiración e inspiración han originado entre escritores, poetas y viajeros provenientes de todas las partes del mundo levantando pasiones de arraigo al terruño especialmente con la capital de la comarca y su entorno, Ronda.
Dispone de un patrimonio etnográfico casi inabarcable donde, gracias a la labor de conservación de sus aldeanos durante generaciones, ofrece a sus forasteros infinitas excursiones y visitas inolvidables, por ejemplo, a los Parques Naturales Sierra de Grazalema, Sierra de las Nieves o Los Alcornocales sin dejar atrás lugares extraordinarios como los Monumentos Naturales del Cañón de las Buitreras, el Pinsapal de las Escaleretas o el Nacimiento del Río Genal y la Cueva del Gato en Benaoján.
Tanto la naturaleza que los abriga como la cultura que posee cada uno de los 21 pueblos que conforman la Comarca de la Serranía hacen de ellos auténticos y singulares pueblos andaluces que están marcados, igualmente, por sus bellas calles y plazas y el caracter abierto de sus gentes.
Es fácil dejarse enamorar de esta Serranía y de su principal núcleo urbano, Ronda, especialmente de esos momentos que el sol va dejando entrar la noche y cubre con su manto azul oscuro toda la ciudad romántica. Esos momentos en el que las primeras estrellas son testigos de nuestros pasos al caminar por sus calles y callejones los cuales encendidos a media luz nos harán disfrutar de sensaciones diferentes de vivir en otros tiempos pasados.
El entorno de esta región, el habitat de particular altitud y la naturaleza autóctona que en ella se desarrolla son los condicionantes principales que encontramos para que sus bosques y campos nos ofrezcan una extraordinaria alhacena de productos naturales.
Aquí la gastronomía la marca el bosque, la hierba fresca, la cepa antigua o la bellota suave. La despensa de la comarca acoge aceites de almazaras centenarias, cerdos alimentados al aire libre con todo lo que ofrecen sus esplendidos ibéricos, quesos de ovejas criadas de vegetación autóctona, postres elaborados con mieles y almendras dulces y todo ello maridado con licores y vinos de renombre nacional e internacional.